Ensayo breve sobre el perfil psicológico
del ser humano corrupto en
Paraguay
Imaginémonos por un momento una tribu nativa que ha quedado
varada en el tiempo. Aún no existe la rueda, todo lo que provee la naturaleza
se reparte entre sus miembros de manera equitativa, cuando falta comida
sencillamente uno va a cazar o alarga la mano para hallar alguna fruta que
prodiga la naturaleza circundante, generosamente.
¿Existe la posibilidad de que alguien en esa comunidad sea
"corrupto" de que alguien aparte las frutas y las reparta entre sus
"amigos"? ¿Cabe el pensamiento de robarle al resto para beneficiar
tan sólo a unos cuantos?
¿Para dejar de ser corruptos deberíamos volver a dedicarnos
a cazar y recolectar?
¿Los seres humanos que cometen actos de corrupción en Paraguay, son
plenamente conscientes de lo que en realidad están haciendo?
¿De qué manera justifican su enriquecimiento ilícito? ¿Sobre
todo frente ellos mismos. ¿Serían corruptos si estuvieran solos?
Dinámica de grupos
Uno de los aportes al estudio del comportamiento del ser
humano dentro de un grupo lo establece el psicólogo americano de origen alemán
Kurt Lewin y la así llamada dinámica de grupos. Parte de su aporte analiza el
comportamiento del ser humano con relación al grupo.
Hoy por hoy está
demostrado que en circunstancias especiales el ser humano cambia y es capaz de cometer
todo tipo de actos reprobables e ilegales cuando está en grupo. Actos que muy
probablemente jamás cometería como individuo o en soledad. Obviamente estamos
hablando de actos inconscientes que pueden agravarse por el hecho de hallarse en una una guerra por ejemplo
y todo lo
que implica.
Muchos soldados alemanes que habían cometido atrocidades, en
grupo, durante la Segunda Guerra Mundial se avergonzaban de las mismas, al
finalizar la guerra, en la soledad de su hogar hasta tal punto, que ante el
peligro de que esa verdad saliera a la luz decidían suicidarse ahí en el acto,
antes que revelarse como aberración ante sus familias o se perdían
irremediablemente en el alcohol.
La dinámica de grupo y la corrupción en Paraguay.
Con relación a actos de corrupción en nuestro país, ese
comportamiento se da cuando en vez de cometer atrocidades – como en el caso de
los soldados en la guerra – se cometen todo tipo de actos ilegales, en grupo, y
contra el bien público. El mecanismo es exactamente el mismo. Se “anula” la conciencia individual y se
encuentra refugio en un grupo que no solamente “diluye” la culpa individual,
sino que además brinda protección y provee pertenencia, como si fuera un sólido
útero materno.
Lo grave del caso es que en Paraguay se acuerda y persiga el
enriquecimiento de los miembros de los grupos, a sabiendas y con la plena conciencia de que se trata de algo nefasto e ilegal. Es como si esos soldados de
ese pelotón alemán hubieran decidido alevosamente juntarse con el propósito
concreto de violar a todas las mujeres de una aldea, conscientemente, aprovechando
las ventajas que le provee el grupo y no como si fuera una de las consecuencias
trágicas de una guerra.
El problema más grande es que ese comportamiento grupal se
ha convertido en un elemento social fundamental que atraviesa transversalmente
la sociedad paraguaya.
Hay grupos corruptos de ese tipo en la industria privada, en
las comisiones vecinales, en las grandes familias e incluso en congregaciones
religiosas.
Si bien esos grupos no están “oficialmente” establecidos se intuye
claramente su existencia a través de su mecanismo. En algunas partes se llama “claque”
en otras “grupete” en otras es el grupo que se cierne en torno al caudillo del
momento, etc. Es como una “fraternidad tácita” que nadie menciona pero que todo
el mundo percibe que existe.
Muchos jóvenes ante la imposibilidad de combatirlo recurren
a la solución más fácil haciendo caso del famoso lema “si no puedes con el enemigo,
únete a el” siguiendo la tradición de sus padres ante la ausencia de
alternativas.
El psicólogo alemán Wilfried Nelles creador del “Proceso
de Integración de Vida” habla del segundo nivel de conciencia con relación
a ese comportamiento. Explica que el grupo (la tribu, el clan, la familia prolonga
el encuentro consigo mismo y con la soledad que eso conlleva si se extiende
demasiado.
En Paraguay el pensamiento individual es aún muy precario. Nos
encontramos aun en gran parte inmersos en el segundo nivel. Es obvio que aprovechemos
todo lo bueno “y lo malo” que nos pueda proveer.
Ahí donde el individuo es fuerte y no le teme hacer frente
al grupo, la posibilidad de que el grupo lo someta es mucho más remota.
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