2.4.19

Diálogo entre un perro y un.lobo

Diálogo entre un perro y un lobo

Lobo:  Perro, no eres más que un patético descendiente de nuestra estirpe. Renunciaste a tu parte salvaje para someterte al ser humano como un esclavo.
Perro:  Así es y no lo voy a negar. Pero a diferencia de ustedes, los lobos, nosotros los perros no tenemos que temerle al ser humano. Al contrario, como mascotas hemos prosperado.
Lobo:  Bueeeee ….ciertamente... ¿Pero a qué precio? Renunciaron a la libertad, a los bosques, a los prados verdes, a compartir la vida con sus iguales, a cazar juntos, a disfrutar de las salidas y puestas de sol con la tranquilidad de saber que eres libre.
Perro:  En realidad, si lo miras bien, una puesta de sol con tu amo puede ser tan maravillosa como con los de tu misma especie.
Lobo:  Si, claro…..jajaja…. tan bien como el esclavo encadenado puede disfrutar de esa puesta de sol…

Perro:  Si, ciertamente, Pero por lo menos la puede disfrutar, mientras que para muchos de ustedes es la última. Lo de ustedes es un romanticismo aventurero trasnochado….nosotros al menos estamos asegurando la supervivencia de nuestra especie.
Lobo:  ¡Antes morir de pie que vivir arrodillado! Prefiero morir como lobo libre que como perro enjaulado…
Perro:  En realidad nunca estuvimos enjaulados. Es más, nuestra naturaleza dócil y a la vez salvaje es una ventaja evolutiva decisiva…
Lobo:  Pero dependen del hombre para casi todo.
Perro:  Cuando arrecia el invierno y ustedes los lobos comienzan a pasar hambre e incluso llegan a devorarse unos a otros, no nos falta el plato de comida en el calor del hogar junto a una chimenea…
Lobo:  ¡Tú servilismo me da asco! Renunciaste a tu esencia animal, modificaste lo que te define, vendiste tu alma para sobrevivir como un apéndice de la raza humana, un aditamento, un parásito…
Perro:  No creo que la palabra parásito sea la adecuada. Estamos dispuestos a entregar nuestra vida por nuestros amos. Sentimos, percibimos su tristeza, los acompañamos en los momentos difíciles. Ciertamente hemos renunciado a nuestro salvajismo, pero a cambio hemos sido ofrendados con algo que ustedes jamás comprenderán.
Lobo:  ¿Que sería eso?
Perro:   AMOR. Claro que para nosotros es limitado, pero a pesar de todo no deja de ser maravilloso. El saber que tu amo te quiere es algo inexplicable.

Lobo:   Jajajaja. ¡Es increíble com tuerces la verdad! Amor… Jajajaja… es un invento más de los muchos inventos perversos del hombre para someter a todas y cada una de las criaturas a su alrededor….

Perro:  Vamos lobo, si pudieras harías exactamente lo mismo. Lo que pasa es que no puedes hacerlo y te rehúsas a aceptar justamente eso. En ese sentido, mi querido hermano, somos incluso más inteligente que todos ustedes, ya que supimos reconocer hace ya mucho tiempo la superioridad del ser humano y también su naturaleza opresora que en realidad es lo que define a cada una de las criaturas de este planeta. Hace tiempo entendimos que la libertad así como ustedes la quieren ejercer no existe, o mejor dicho tiene fecha de vencimiento. La vida salvaje nunca va a poder prosperar mientras una especie sea superior a todas las demás. En el momento en que caiga el último de ustedes habremos asegurado nuestro lugar como los segundos al mando de la cadena alimenticia. Quizás no tengamos la libertad con la que sueñan ustedes, pero en realidad no ha existido nunca. Es algo que incluso muchos seres humanos, sobre todo los jóvenes, no terminan de entender Somos libres en la medida de nuestras opciones y limitaciones, pero es mucho, mucho más de lo que ustedes alguna vez puedan soñar. 

1.4.19

¡Abajo el patriarcado! ¿Viva el matriarcado?


¡Abajo el patriarcado! ¿Viva el matriarcado?

¿Es todo culpa del patriarcado?
Es fácil echar la vista atrás, apuntar con el dedo señalador a los escombros de siglos de guerra y muerte y decir “¡ustedes los varones son los culpables!” La visión del patriarcado es responsable, la única culpable, etc.

La pregunta que queda en la nebulosa es: ¿Ustedes las mujeres – el matriarcado – lo hubieran hecho mejor?

¿Son guerras, conflictos y muerte, culpa del varón o es más bien un rasgo inherente del ser humano como especie?
¿Las mujeres no pelean?

Aun así debemos asumir los “errores del patriarcado” que hoy por hoy han quedado bastante patentes. Aunque yo no los llamaría “errores” sino más bien parte de una evolución de la consciencia, o simplemente parte de nuestra historia.

También admito que muchos de esos “errores” fueron puestos sobre el tapete por mujeres o la visión feminista surgida en el siglo XX.

En ese sentido creo no ser el único en admitir que es imperativo encontrar otras maneras de allanar diferencias entre nosotros, los seres humanos.

¿El feminismo beligerante aún puede aportar cambios?
Sin embargo, aún hay feministas que persisten en “demonizar” la palabra “patriarcado” y responsabilizar al hombre (como género) de todos esos males que se han cometido y siguen cometiendo.

No cabe la menor duda que el feminismo beligerante ha aportado su granito de arena para cambiar una sociedad que discriminaba a la mujer y en muchas partes aun lo hace.

Sin embargo el precio que se paga debilitando al patriarcado es sumamente alto, sobre todo para los jóvenes varones. Las mujeres no pueden proveer modelos masculinos – porque simplemente son mujeres y los hombres tienen hoy por hoy y a raíz de la campaña de descrédito de la palabra “patriarcal” tienen miedo de ser demasiado “patriarcales”…

¿Existe una palabra que pueda describir lo que caracteriza al hombre y eliminar las diferencias entre hombres y mujeres? Y sobre todo ¿Es conveniente?
¿Si no es patriarcal o matriarcal… que sería?

Aprender de los errores
Es la mujer la que hoy por hoy debería rescatar las bondades del patriarcado. Reconstruir aquello que en su lucha y afán igualitario ha destruido y aceptar que el hombre seguirá siendo hombre y que eso no solamente es positivo sino que además le beneficia enormemente, si está dispuesta a encontrar esos beneficios.
Por su lado creo poder decir, con mucha seguridad, que nosotros los hombres hemos entendido el “mensaje” somos mucho más conscientes que nuestros abuelos, pero queremos seguir manteniendo nuestra dignidad y sobre todo nuestra identidad, aquello que incluso como parte del patriarcado nos define. Quizás ese sea el camino hacia una convivencia entre hombres y mujeres a pesar de las diferencias.