Ver o no ver…la diferencia entre la vida y la muerte
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Padre nuestro que estás en los cielos, |
En el caso de un secuestro una de las opciones que la
víctima tiene de sobrevivir es intentar crear un vínculo con los
secuestradores. Cuanto más fuerte el vínculo con un ser humano mayor es la
aprehensión para herir o matarlo. Por eso muchos secuestradores profesionales
evitan el contacto prolongado con la víctima y el cabecilla suele cambiar a los
cuidadores regularmente y sobre todo presta mucha atención si ha habido algún tipo
de contacto. Porque en el momento en que el perpetrador llega a “ver” a su
víctima, o sea que la ve como un ser humano como él o como ella deja de ser un negocio
lo que puede entorpecer o incluso sabotear el éxito del emprendimiento.
Se pueden evitar guerras enteras con el simple hecho de “ver”
al enemigo. Es por eso que muchas veces los instigadores de guerras utilizan métodos
de propaganda muy sofisticados con el único fin de ampliar las distancias entre
las partes combatientes e impedir un acercamiento, tal y como lo demostró en su
momento la maquinaria propagandista de Goebbels, por ejemplo, durante la
Segunda Guerra Mundial.
Por otro lado, cuando finalmente podemos “ver” a un enemigo
al que hemos combatido por años, ocurren verdaderos milagros.