Cómo prepararse para una pareja y un amor que permanecen.
Parte 1
¡Esta pasado de moda casarse! Es cada vez más difícil encontrar
parejas jóvenes que estén dispuestas a compartir sueños, cama y macarrones, como
versa la canción de Serrat del Curro “El Palmo”.
Aquellos y sobre todo aquellas que aún lo hacen y sobre todo
en sociedades conservadoras y tradicionales como la nuestra, cumplen más con un
rito católico familiar que otra cosa. Viene a ser en realidad una manera de
emanciparse de las ataduras de la familia de origen y el inicio de una autonomía
condicionada. Pero puestos a escoger es mejor eso que seguir cumpliendo las
reglas de papa y mama, sobre todo cuando el mundo ya no es como ellos lo
conciben.
Todo eso no tiene nada de bueno ni de malo. Son simplemente
tendencias que se van trazando, querámoslo o no. Lo que debería importarnos
como padres y como profesionales de la salud mental – nunca mejor dicho – es la
felicidad de nuestros jóvenes y admitir que nuestro ideal de felicidad nada
tiene que ver con el de ellos ni con el de esta época, la suya.
La solución más fácil es declarar obsoleta la unión marital
y disfrutar de la juventud hasta que reviente el cuerpo. Como lo dice Wilfried Nelles en su libro “Hombres, mujeres
amor y sexo” y usando mis palabras: hoy en día es más fácil
que se viralice un video de un octogenario que gana la maratón de Nueva York,
que la imagen apacible de una persona mayor que contempla satisfecho el
atardecer de su vida.
Lo difícil es, como siempre transitar el camino de lo que a
simple y prima vista se muestra como algo más bien poco atractivo, hasta
aburrido por no decir “del viejazo” e incluso hasta cierto punto insoportable.
El o la que después de 20 o 30 años de convivencia con la
misma persona aún insiste en que sigue “enamorado/a” de su pareja simplemente miente.
Porque aunque se obstine en ello, no siente lo mismo, porque si lo hiciera
sería falso. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que también en el amor de la
pareja hay una evolución y lo que unió a una pareja al principio, ese encuentro
electrizante, fascinante y maravilloso, o sea el enamoramiento, debería haber
dado paso a otra cosa.
Claro que en nuestra época, la del endiosamiento de todo lo
joven, con toda seguridad también puede viralizarse “milagrosamente” que un "enamoramiento" haya
resistido a los embates despiadados del tiempo, y es que es más importante
mantener la ilusión juvenil que aceptar la verdad adulta.
Fin de la parte 1